Años más tarde, en 1922, acomete la primera reforma de gran calado. Adquiere el edificio contiguo que ahora alberga la cafetería y la Hospedería El Laurel recibe el nuevo y pomposo nombre de «Gran Hotel Asturias«.
En el año 1946, Don Manuel recibe un préstamo del administrador del Conde de Revillagigedo, Don Baldomero, para hacerse con el edificio más próximo al Campo Valdés, de unos 1000 m² que se reparten en un amplio comedor en su planta baja y salones en cada una de las plantas superiores. Se alcanzan las 80 habitaciones y pasa a recibir el nombre que ostenta: «Hotel Asturias».
Durante esta década, la posguerra hace mella en numerosas familias de Gijón en forma de hambre. Las familias de pescadores del cercano barrio de Cimadevilla la sufren especialmente. D. Manuel, un hombre tan recto y justo como piadoso y compasivo, reparte a diario un plato de comida entre los indigentes de la ciudad, que forman largas colas frente a la puerta posterior del hotel, frente a la casa natal de Jovellanos. En su testamento deja establecido que se mantenga este servicio de potaje gratuito después de su fallecimiento.
Diez años más tarde, en 1956, se adquiere otra manzana próxima a la Plaza de Jovellanos y la Calle Acacia llegando al máximo histórico de 125 habitaciones.
En 1998, y ya en manos de sus sucesores, se reforma la parte más antigua del hotel y reaccede a la categoría de 3 estrellas.
En la actualidad y finalizadas las obras de mejora para obtener la recalificación en 4 estrellas, los sucesores, componentes de la cuarta generación, desean ofrecer a los clientes un hotel renovado en el que se mezcla lo antiguo y lo moderno, con unos servicios de calidad y en el que usted se encuentren en un ambiente familiar donde sienta la calidez de un cómodo hogar.
Es nuestro deseo y nos esforzamos por conseguirlo.