El océano había devuelto a Antonio Albajara a su orilla, después de cuarenta años de ausencia durante los cuales había conquistado con su talento el país de las oportunidades y el Nobel de Literatura. Y una vez en su ayer, en sus provincianas tierras, el Hotel Asturias de Gijón lo había acogido como a una pieza más de su vetusta estructura. Desde él, José Luis Garci contó las emociones de su regreso y nos hizo vibrar de tal manera que, cuando en 1982 envió su historia de vuelta a América en su rollo de celuloide, volvió a conquistarla en forma de Oscar de Hollywood a la mejor película de habla no inglesa. El primero para España. Gracias Garci.